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2014/03/07

Un día inesperado

Un día muy caluroso en París, vivía Paula con su perro Leo.
Paula, era una chica muy inteligente, con un oído muy fino y astuta.Tenía unos ojos tan azules como las aguas del mar turquesa, una nariz bastante grande, un pelo muy largo y negro, era muy buena amiga y simpática con los demás.
Leo, era un pequeño diablillo y muy juguetón.Tenía el pelo blanco con manchas marrones,sus ojos eran tan negros como el pelo de Pula, una nariz muy marrón y le encantaban los huesos.
Una mañana a Pula se le ocurrió ir a visitar a su amiga Laura.
Laura era una muy buena estudiante y muy testaruda pero también era muy buena amiga.Tenía unos ojos muy grandes, una sonrisa muy bonita y unos dientes perfectos.
Le encantaba descubrir cosas extraordinarias y fantásticas.
Toc, toc, toc, toc
-¿Si?
-Soy Paula, ¿me dejas entrar?
-Si como no, entra, responde Laura con una sonrisa bonita en la cara.
Leo es tan juguetón que empieza a correr y a ladra por toda la casa, pero Paula le dice, que se esté quieto que sino se iva a la calle.
Entonces , Leo se tranquiliza y suben los dos juntos por las escaleras y luego entran a la biblioteca donde esta Laura.
-Hola Paula, estaba estudiando sobre el palacio de Buckingham, ¿lo conoces?
-Pues no, no lo conozco,-dice Paula.
El libro se empezó a mover, las estanterías se cayeron una a una y de repente…¡¡¡pommmmmmmm!!!
-¿Dónde estamos?
-No lo sé, responde Paula.
-Espera un momento,¡¡¡estamos en el palacio de Buckingham!!!
-Pero como es que estamos aquí, en Londres.
-Pues no lo se, pero me da igual porque ¡¡¡vamos a entrar en el palacio de             Buckingham!!!
-A mí me parece un poco peligroso, dice Paula con un poco de miedo.
-Venga anímate, que será muy divertido, hasta Leo quiere ir, ¿a que si Leo?
-¡¡Uau, uau, uau!!
-Lo ves
-Bueno vale, pero salimos pronto, ¡¡eeee!!
-Si te lo prometo, dice Laura muy contenta.
Y al final entraron los tres juntos.
Todo por dentro era impresionante, espectacular y extraordinaria.
Todo iba perfectamente hasta que… vieron a un guardia real que acababa de terminar su descanso.
Cuando empezó a acercarse el guardia real, se escondieron en una puerta pequeña que tenían al lado, pero estaba cerrada.
Entonces Paula le dio una patada a la puertecita y entraron apresuradamente.
Cuanto entraron, se cayeron por una trampilla.
-¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaa!!, dijeron las dos juntas.
-¿Dónde estamos?, pregunta Paula aterrorizada.
-Con la pinta que tiene esto desde aquí abajo, creo que estamos en los sótanos del palacio. ¡¡Que guai!!
-De eso nada Laura, vamos a salir de aquí cuanto antes, dijo Paula muy enfadada.
-Vale Paula.
El sótano era como una alcantarilla asquerosa, por no decir que lo era.Había cucarachas, ratas y ratones.
Empezaron a andar y no les costó nada encontrar la salida.
Cuando estaban saliendo, pasaron dos guardias susurrando algo.
Paula como tenía el oído tan fino, les escuchó diciendo que en estos sótanos  había un gran tesoro escondido.A cinco puertas a la derecha y a tres puertas a la izquierda.
Paula y Laura se  miraron fijamente y dijeron las dos juntas.
-¡Vamos a por el tesora escondido!
-¡Uau, uau!, dijo Leo.
Empezaron a contar las puertas, una, dos, tres, cuatro y cinco a la derecha y una, dos y tres a la izquierda.
Cuando entraron en la puerta no se veía absolutamente nada.
-¿Pero , dónde está el tesoro?
Entonces oyeron una voz muy extraña, pero un poco conocida.
-¿Quienes sois vosotros?
-¿Quien eres tu?
-Soy un mayordomo pero estoy cuidando algo.
-Nosotros somos Laura, Paula y Leo y hemos venido de París, transportados por un libro.
-¿Me estaréis tomando el pelo no? ¡Eso es imposible!
-Pues no, no te mentimos.
- Bueno no os creo, pero ¿qué hacéis aquí?
-Estamos buscando un tesoro, nos hemos juntado con uno chicos que también lo buscan. ¿Nos puedes ayudar?
-No, no debería, pero yo soy el único que sabe donde está el tesoro y además prefiero que caiga en vuestras manos y no que lo encuentren esos hombres, ya que vosotros sois unos niños.
- Vale. Dijeron los tres a la vez
Empezaron a andar y andar pero no había ni rastro del tesoro. Entonces.. el mayordomo puso la mano en un ladrillo y… Se encendieron unas luces muy misteriosas.
- Yo no puedo seguir porque así lo dicen las leyes, teneis que seguir solos.
-¿Pero por qué?
Entonces desapareció. Siguieron para adelante y encontraron tres túneles.
-¿Por dónde vamos?
-Pues no se, yo iría por el del medio.
-Vale, me parece bien.
-Se metieron por el medio pero el perro empezó a correr por el túnel de la derecha
-¿Paula, dónde está Leo?
-No lose .
-¡¡Leo, Leo, Leo, Leo!! dijeron las dos juntas.
-Uau, uau, uau, dijo Leo.
Fueron corriendo oyendo los ladridos de Leo y le encontraron.Pero entonces… ¡cataplum!
Se cerró la entrada y se quedaron atrapados. No tuvieron más remedio que seguir adelante.
Empezaron a cansarse de tanto andar pero entonces, vieron algo delante suya.
Había una corona y un libro y ponía:
“Para llegar al tesoro escondido, teneis que elegir un objeto en diez segundos. Si no es correcto lo que eliges o no lo cojes antes que se termine el tiempo la sala se derrumbará”
-¿Qué hacemos?, dijo Laura.
-Ummm… ya lo tengo, el libro, porque con el vinimos aquí, entonces con el iremos allá.
-Exacto, dijo Laura.
Cogieron el libro y fueron a una sala muy misteriosa, donde había el diamante más grande del mundo.
Cogieron el diamante y aparecieron en la casa de Laura.
-¿Cómo hemos llegado aquí?
-Pues tenía el libro en mis manos y justo he pensado cómo volveríamos a casa y hemos vuelto.
-Aaaa, es verdad, pero ¿qué vamos a hacer con este diamante?
-Darlo a un museo para que lo tengan ellos, porque lo guardarán mejor que nosotros, dijo Paula.
-Vale, me parece bien.Nunca olvidaré este día jamás ¿y tú Paula?
-Tampoco, dijo Paula.
-Uau, uau, dijo Leo con cara de contento.
Y desde aquel momento fueron las niñas mas felices de todo París.


FIN

Nuria Alberdi Jimenez.

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